Un relato de vida de Graciela Cabal
(…)Tengo una anécdota, hace tiempo, Camila tenía por ese entonces dos años y medio, un día en que yo estaba contándole Hansel y Gretel sin cambiar una sola palabra ni siquiera una entonación, porque si no se enoja y tengo que volver a contarle todo desde el principio, algo sucedió en su cabeza, porque mi nieta, que siempre me miraba la cara cuando yo le leía, empezó a meterme los dedos en la boca y después a pasar los dedos por las letras de las páginas, a mí se me estrujó el corazón, Camila acababa de descubrir a los dos años y medio, que el libro hablaba y que hablaba por mi boca. ¿Acaso en ese momento Camila intuyó que si el libro hablaba por mi boca podría hablar por boca de ella?
Creo que sí, porque no había pasado una semana cuando sucedió lo siguiente:
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